José Ramón Pérez, Nueve golpes de Estado en tres años: la inestabilidad sacude África - Los Gobiernos de Burkina Faso, Mali, Chad, Guinea-Conakri, Sudán, Níger y Gabón han sido derrocados por golpes de Estado militares desde 2020 (Newtral, 1 de septiembre de 2023)
Mario Saavedra, El terrorismo yihadista en el Sahel aumenta tras los golpes de estado y la entrada de Wagner - Hay choques por el control de las bases que abandona la misión de la ONU en Malí | En Níger se incrementan los ataques mortales por el vacío dejado por las tropas golpistas (El Periódico de España, 06 de septiembre del 2023)
El Grupo Wagner no son sólo mercenarios rusos, sino un conglomerado de empresas de diversas actividades dirigidas bajo el paraguas de Putin (Twitter- África Mundi, 27 sept. 2021) |
Fuente gsmspain 2005 (no añade más información) |
Fuente fesei 2021 |
Macron acusa a Rusia de "ser un factor de desestabilización en África" y apunta a su "aislamiento" internacional (Europa Press, 23 junio 2023):
El Tablero africano (XII): los Estados Unidos de América (en descifrandolaguerra 2021) |
Los préstamos de China en África - África tiene una deuda de 153.000 millones de dólares con China, que en los últimos 20 años ha concedido 1.143 préstamos a Gobiernos del continente (Álvaro Merino en El Orden Mundial, 21 de marzo de 2022) |
Desde hace décadas, China se ha interesado en África principalmente porque el continente alberga un gran potencial extractivo en materia de recursos. El país asiático siente la necesidad de acceder a sus recursos energéticos y minerales por un coste más bajo, una condición que el continente cumple. Esta necesidad de obtener materias primas contribuye y alimenta el crecimiento de la actual economía del gigante asiático tanto a corto plazo como a largo plazo. Además, las inversiones chinas en territorio africano suelen ser más aceptadas por la sociedad del continente ya que prefieren que las empresas extranjeras paguen con servicios e infraestructuras antes que en efectivo, ya que no tienen la garantía de que el capital sea distribuido de manera igualitaria debido a los altos niveles de corrupción registrados en los países dónde China suele invertir más. Durante los últimos años, China ha seguido un patrón general en sus inversiones. Este consiste en invertir en los países con economías más potentes y altamente pobladas (como Nigeria, Etiopía o Egipto) e importar productos minerales y enérgeticos de países más empobrecidos que no acostumbran a cumplir la mayor parte de derechos humanos (como la República Democrática del Congo o Sudán del Sur. (Néstor Siurana en Geopol, Jul 23, 2022) |
China en África: del beneficio mutuo a la hegemonía de Pekín (Pablo Moral en El Orden Mundial, 1 de septiembre de 2019) |
La Nueva Ruta de la Seda de China - Mapas de El Orden Mundial -(Abel Gil en EOM, 2018) |
Where climate risks challenge development cooperation - Which climate-related risks must be anticipated by actors of development cooperation in the coming one to three years? For the third time, INFRAS has identified regional and global hotspots of climate risks and summarized key developments for the Swiss Agency for Development and Cooperation (SDC Climate Foresight Analysis 2023, July 27, 2023) |
Fuente de ambos mapas: Cooperación al desarrollo (Atlas Nacional de España IGN, 2019) |
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Fuente: Decenio internacional para la acción "el agua, fuente de la vida" 2005-2015 (Web de las Naciones Unidas) |
Fuente: 28 mapas para explicar la situación de la mujer en el mundo (Almudena Díaz en united explanation 17/05/2012) |
Unas 300 millones de niñas, adolescentes y mujeres en todo el mundo menstrúan cada día y, aunque es un proceso natural, los mitos y tabúes que la rodean todavía existen en muchas culturas. Cuando están con la regla, millones son discriminadas, excluidas de actividades cotidianas y muchas, incluso, dejan de ir a la escuela. Numerosas normas sociales en torno a la menstruación limitan la libertad ,refuerzan la discriminación de género y afectan directamente a la autoestima porque se relaciona el periodo con algo “sucio” y vergonzoso. En algunos paises piensan que solo por tener el periodo , las niñas, adolescentes y mujeres, están malditas, que son trasmisoras de enfermedades , incluso que pueden llegar a morir cuando sangran. La pandemia ha dificultado el acceso a productos de higiene menstrual. La escasez de productos y la subida de precios hacen que para muchas estos productos sean totalmente inaccesibles, se consideran artículos de lujo. Por este motivo, muchas niñas, adolescentes y mujeres se ven obligadas a utilizar periódicos viejos, trapos, tierra, arena, ceniza, hierba u hojas y otro tipo de productos que, además de incómodos, son antihigiénicos y pueden provocar graves infecciones. (Plan internacional de higiene menstrual) Ver también La gestión menstrual sin impuestos en el mundo (statista).MUJERES, AGUA POTABLE E HIGIENE: LAS CLAVES PARA EL CAMBIO EN ÁFRICA (UNICEF) DÍA INTERNACIONAL DE LA HIGIENE MENSTRUAL: ROMPER EL TABÚ DE LA MENSTRUACIÓN (Agencia Francesa del Desarrollo) |
Fuente: Observatorio internacional de estudios sobre terrorismo |
Imagen de un vídeo difundido por Boko Haram tras el secuestro de más de 219 niñas en Chibok [2014]. (fuente El Confidencial) |
Protestas por el secuestro de Chibok (14 de abril de 2014) Fuente: Wikipedia - Commons |
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Promoción de la película. Es interesante este artículo: Hollywood Can Take On Science Denial: Don’t Look Up Is a Great Example - This new release uses a comet hurtling toward Earth to satirize the way we dismiss scientific facts and the scientists who discover them (Rebecca Oppenheimer, Scientific American, December 30, 2021) |
Fotografías del asalto al Capitolio National Geographic
https://cnnespanol.cnn.com/2023/01/06/cronologia-asalto-capitolio-simpatizantes-trump-trax/
https://www.elperiodico.com/es/economia/20190516/fake-news-amenaza-democracia-7447790
https://www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/twitter-elon-musk-caldera-odio-disturbios-reino-unido-estan-por-venir.html
“Diez mil hombres en edad militar han entrado en la isla italiana [de Lampedusa] en un lapso de tres días, superando a su población de 6.000, pero mis siervos te están contando que son mujeres y niños que huyen despavoridos. Y serás feliz”. Este mensaje, publicado este lunes, por una cuenta de X (antes Twitter) que se dedica a atacar la Agenda 2030, con unos 285.000 seguidores, ejemplifica la narrativa de desinformación que desde hace años la ultraderecha vierte contra los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): que una supuesta élite amparada por Naciones Unidas pretende destruir una sociedad blanca y cristiana con la excusa de erradicar la pobreza y proteger el planeta. Es decir, donde la ONU dice “educación de calidad” (objetivo 4), “igualdad de género” (objetivo 5) o “reducción de las desigualdades” (objetivo 10), la extrema derecha prefiere leer adoctrinamiento, destrucción de la familia o invasión migratoria.
Los líderes mundiales, reunidos desde este lunes en la Asamblea General de Naciones Unidas, pactaron en 2015 la consecución de 17 objetivos con la vista puesta en 2030 destinados a promover la igualdad, el bienestar de la población mundial y la protección del medioambiente. Desde entonces, estas metas han recibido un goteo incesante de bulos tanto de cuentas anónimas —pero exitosas— como de voces oficiales desde la ultraderecha (Vox en España, La Liga de Matteo Salvini en Italia o Donald Trump en Estados Unidos) para boicotear la agenda progresista.
La guerra híbrida ha venido para quedarse: "EE.UU. se ve contestado con tácticas que ellos mismos han usado" - La investigadora principal del CIDOB, Carme Colomina, analiza las nuevas formas de combate en Amenazas híbridas, orden vulnerable - Colomina explica cómo Internet y las redes sociales se convierten realmente en un espacio utilizado para la confrontación (Entrevistada por Víctor García Guerrero, RTVE, 20.09.2022)
R: Está basado en un entramado de cámaras conectadas a sistemas de reconocimiento facial. Además, todos los chinos tienen un Smartphone con cámara, micrófono, una media de 14 sensores y aplicaciones que informan periódicamente sobre ellos.
El sistema de crédito social chino, más que un sistema de vídeovigilancia, es un sistema de reeducación de la ciudadanía. Toda la información que recoge el gobierno chino sobre sus ciudadanos es utilizada para dar y quitar puntos a la ciudadanía. Los puntos tienen un impacto directo en acceder a puestos de trabajo, comprarse una casa, recibir un crédito, tener una cobertura médica o permitir que sus hijos vayan a un buen colegio... En cambio, si te vas quedando sin puntos pierdes la capacidad de acceder a los servicios y de comprar cosas porque la clave del sistema de crédito social chino es que todo el dinero es digital.
P:¿Y en el caso de Estados Unidos?
R: EEUU tiene un sistema de crédito social muy parecido al chino porque hace que tu historial te perjudique en el futuro haciendo que las cosas sean más caras o que los servicios sean más o menos accesibles. Sin embargo, en China se defienden diciendo que al menos ellos te dicen cuántos puntos tienes mientras que en norteamérica lo tienes que adivinar.
Los dos modelos utilizan la misma tecnología pero los chinos la usan de una manera más ordenada, más sistematizada y más centralizada.
Suspected Chinese operatives using AI generated images to spread disinformation among US voters, Microsoft says (CNN, 7 sept 2023)
Alta funcionaria del FBI advierte sobre la amenaza que representan los piratas informáticos de China (Sean Lyngaas en CNN,17 Febrero, 2023)
Putin concede la ciudadanía rusa a Edward Snowden (Telemadrid, 26 de septiembre de 2022)
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha concedido la ciudadanía rusa a Edward Snowden, el ex analista de Inteligencia estadounidense buscado por la Justicia norteamericana por filtrar a Wikileaks abundante información sobre la Agencia de Seguridad Nacional. ,,, "Durante más de cinco años ha estado en territorio de Rusia, tiene un permiso de residencia. El contaba con todo esto", ha remarcado Kucherena [su abogada], quien ha asegurado que su defendido se encuentra feliz de la decisión adoptada por Putin. Snowden está buscado por la Justicia de Estados Unidos después de que en 2013 filtrase numerosos documentos secretos en los que se desvelaban diferentes técnicas de espionaje llevadas a cabo por el organismo de Seguridad Nacional, incluidas escuchas telefónicas ilegales a líderes políticos internacionales. Una vez huyó de Estados Unidos, su primer destino fue Hong Kong, si bien más tarde terminó recalando en Rusia. En 2014 recibió un primer permiso de residencia que, años más tarde, sería ampliado por tiempo indefinido.
Así funcionó el espionaje orquestado por Rusia a favor de Donald Trump - EE UU asegura que la campaña se sirvió del trabajo de los hackers, las redes sociales y Wikileaks (Cristina Pereda en El País, 07 ENE 2017)
El informe elaborado por seis agencias de inteligencia de Estados Unidos es un documento sin precedentes que atribuye al presidente ruso Vladímir Putin la orden de desarrollar una campaña para erosionar las instituciones democráticas norteamericanas “para ayudar al presidente electo Donald Trump desacreditando a la secretaria [Hillary] Clinton”. Por motivos de seguridad, las 25 páginas no detallan ni las herramientas ni las fuentes exactas que han permitido a EE UU realizar tal ...
Martha R. Villabona García, #NoDESinformación, una propuesta didáctica para Educación Secundaria, Ministerio de Educación y Formación Profesional, 2021
Yolanda Berdasco, Posverdad y bulos: Brexit, Trump y Cataluña, blogsUDIMA, 02 noviembre 2017:
En lo que ya se conoce como la ‘Era de la posverdad’, que algo aparente ser cierto es más importante que la propia verdad. La posverdad se trata, por tanto, de inventar una realidad afín a las necesidades del que la modela y de convencer a los ciudadanos de que su vida diaria no es la que viven, sino la que los líderes describen.
El recurso más habitual es el de generar bulos que ataquen directamente la parte emocional del que recibe el mensaje. Esa es la mejor ‘puerta de entrada’ para evitar que el receptor contraste el mensaje con su realidad y la pase por el filtro de la razón. Mentiras, invenciones plasmadas en contenidos audiovisuales que encuentran en las redes sociales y en las aplicaciones de mensajería instantánea su mejor forma de difusión.
«El disfraz con que visten las mentiras los creadores de estas realidades paralelas está muy bien cosido, utilizando algunos hilos de verdad para que resulte atractivo y surta efectos rápidos. Pero no se engañen, no es verdad, es posverdad.»
Sirva como ejemplo, el eslogan que el defensor del Brexit, Boris Johnson, paseó en su autobús de campaña: El Reino Unido ahorraría 350 millones de libras a la semana tras abandonar la UE. Dinero que se destinaría al servicio de salud (NHS). Era mentira pero una atractiva mentira. Esa cifra, bruta, no incluía el reembolso que la UE devuelve al Reino Unido. El número es atractivo pero la realidad es que esa cifra apenas ronda los 140 millones de Euros, algo así como un cuarto de libra por ciudadano del Reino Unido. ¿A que ya no parece que sea una contribución tan exagerada? Es el efecto de la posverdad.
El caso de Donald Trump es otro deporte; su capacidad para apelar a lo emocional y a las creencias personales fue utilizada durante toda la campaña electoral. Sus fake news o posverdades tuvieron una capitalización muy rentable: el gobierno de Estados Unidos. Durante las semanas previas a las elecciones estadounidenses, se pudo leer y escuchar que el Papa Francisco apoyaba a Trump, -lo mismo que Denzel Washington-. También se dijo que el desempleo aumentó durante el mandato de Obama y que los inmigrantes son, en sí mismos, un foco de delincuencia y empobrecimiento. Si, todo mentira o posverdad, pero suficiente para empujar a las urnas a unos convencidos votantes que veían en Trump su salvación.
En Cataluña, las mismas artes y resultados parecidos, porque como dijo Göbbels, “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. “España nos roba” ha sido el eslogan más repetido por los partidarios de la independencia. Una falsedad que es fácil desmentir por varios caminos. El más sencillo, el de las balanzas fiscales. Estas indican que Cataluña aporta menos, por ejemplo, de lo que lo hace la Comunidad de Madrid. Es solo uno de los cientos de ejemplos. Fotos manipuladas o sacadas de contexto o recuentos sanitarios que incluyen como “heridos” en la manifestación del 1 de octubre a aquellos que estaban en su casa y entraron en pánico, todo para contribuir al mito. Todo ello sin entrar en las mentiras históricas para justificar el proceso de secesión.
La mayor parte de estas manipulaciones son fáciles de desmontar, acudiendo a fuentes bien documentadas y a bases de datos fiables. Sin embargo, las redes sociales y los usuarios de mensajería no se toman el tiempo necesario para ello. Se hacen cada vez más necesarios los medios de comunicación y los profesionales independientes y capaces de contrastar las informaciones con la realidad para evitar que la mentira (disfrazada de posverdad) se instale en nuestra sociedad y manipule a los ciudadanos...
Enrique Benítez, Manipulación digital - A veces ni se necesita la manipulación directa de la imagen ya tomada: basta con cambiar el ángulo o el enfoque para contar una historia completamente diferente (El País, 09 de septiembre del 2023):
El regreso exige una columna sencilla: nada de protección de datos, desinformación o asuntos relacionados con la inteligencia artificial. Así que el tema elegido no es otro que las imágenes y su poder en un mundo digital que es audiovisual, y el impacto de las mismas en la sociedad y las personas.
La primera imagen que podemos recrear es la de Luis Rubiales con Jenni Hermoso. En un alocado intento de autodefensa, desde la propia Real Federación Española de Fútbol parece haberse difundido una imagen manipulada o distorsionada (cuando menos) de ese momento bochornoso que ya ha pasado a nuestra particular historia nacional de la infamia. En España se lee poco y se estudia menos sobre la teoría y la ética de la imagen. Hay un libro esencial y sencillo: La furia de las imágenes, de Joan Fontcuberta. A veces ni se necesita la manipulación directa de la imagen ya tomada: basta con cambiar el ángulo o el enfoque para contar una historia completamente diferente. Podemos recordar aquella escena de una playa gaditana en la que algunos bañistas parecían ajenos a la presencia de un cadáver de un inmigrante. El buen fotoperiodista sabe bien lo que hace. El cordobés Gervasio Sánchez es ejemplo de ello.
La otra imagen de la semana es la de un desafiante Donald Trump fichado en una comisaría de Atlanta. Su gabinete de prensa se ha apresurado a comunicar que ya han convertido esa imagen icónica en material de promoción (merchandising en tazas y otros utensilios), y también que han recibido donaciones por más de 7 millones de dólares desde que se hizo pública.
En una cultura que va camino de ser casi absolutamente audiovisual, la capacidad de manipulación de imágenes, o de vincular lo que se ve al discurso interesado, debería ser motivo de reflexión"
En una cultura que va camino de ser casi absolutamente audiovisual, la capacidad de manipulación de imágenes, o de vincular lo que se ve al discurso interesado, debería ser motivo de reflexión. Lo digital ha multiplicado la capacidad de manipulación y de difusión de imágenes falsas. Incluso se puede escuchar a una persona relevante diciendo un discurso que jamás ha pronunciado. Hay una guerra abierta por la opinión pública, y en las sociedades polarizadas cualquiera de nosotros puede elegir ser el soldado de la causa que quiere defender. Por suerte, hay organizaciones encargadas de trabajar para destapar estos casos, cada vez más frecuentes y dañinos. Pero nada debería poder sustituir el sentido común primitivo que nos hace estar alerta cuando algo no nos cuadra. Distinguir entre lo que está bien y lo que está mal es el punto de partida, siempre. Rubiales y Trump y sus equipos también lo sabían.
https://www.epe.es/es/internacional/20240204/ia-riesgos-desinformacion-democracia-elecciones-97731595
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https://www.elconfidencial.com/deportes/2023-10-28/madridismo-sociologico-que-es-laporta_3762409/
https://espacioservisoci.blogspot.com/2011/09/no-pienses-en-un-elefante-george-lakoff.html?m=1
https://futbolclubdelectura.com/2019/10/24/50-anos-del-articulo-barca-barca-barca-de-manuel-vazquez-montalban/
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Federico Steinberg, Jóvenes, envejecimiento y futuro de la democracia, El Periódico de España, 7 de diciembre de 2021
Víctor Lenore, Jordi Évole, Morad y el tiro por la culata del progresismo, Vozpopuli, 23 de febrero de 2022 - El reportaje sobre el rapero hipano-marroquí, que muy pronto degenera en publirreportaje, aplica enfoques progresistas y termina confirmando las tesis contrarias
Pedro Vallín, La batalla por la metáfora correcta, La Vanguardia, 2 de marzo de 2022
Manuel Guedán, Quién no quiere vivir de las rentas, El Periódico de España, 3 de marzo de 2022 (ver también la serie de artículos sobre el conflicto intergeneracional en otras páginas y otros blogs)
Ana Torres y Celia Fernández, ¿Están preparados los jóvenes de 16 años para votar?, El País, 3 de marzo de 2022
Esta imagen fue la portada de este blog hace unos años. Fuente: 20minutos |
Ampliaciones de la OTAN (Fuente: Wikipedia) |
Fuente: Abel Gil, El pulso entre la Otan y Rusia, en El Orden Mundial (2018). La línea roja que cruza Ucrania es el trazado del río Dnieper. La zona coloreada en Ucrania se identifica por razones lingüísticas (predominio rusohablante) y coincide a grandes rasgos con la ofensiva rusa al comienzo de la guerra en 2022. |
El conflicto por el Alto Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán no solo es una disputa entre dos países, sino que se puede leer en clave regional. (Abel Gil, El Orden Mundial, 6 de octubre de 2020). |
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Mapas y gráficos de la situación de la guerra en Ucrania, en epdata |
El origen de los países fantasma que acosan a Kiev y justifican la ofensiva final del Donbass - En 2014, tras el Euromaidán, Donetsk y Lugansk se declararon independientes; desde entonces, han recibido ayuda rusa soterrada para combatir contra el gobierno de Kiev (Manuel Villatoro en ABC, 25/04/2022):Vladimir Putin , el zar del siglo XXI, ha movido ficha. Después de extender sus líneas lejos de la frontera rusa y avanzar como una exhalación hacia Kiev por el norte de Ucrania, ha plegado velas y dirigido sus fuerzas contra el Donbass. Habla de ataque de distracción y afirma que pretende proteger las repúblicas independientes de Donetsk y Lugansk , el centro de sus desvelos. Mucho se ha escrito durante este mes de guerra de estos territorios; dos regiones en conflicto con Kiev desde hace ocho años y nacidas al calor del Euromaidán que sacudió el oeste de la zona. Un par de países fantasma que, sobre el papel, se dicen repúblicas populares.
EuromaidánLa crisis que divide a Ucrania en dos empezó a alumbrarse a finales de 2013. El 21 de noviembre de ese mismo año, la antigua República Socialista (o más bien su presidente, Víktor Yanukóvich ) destruyó los puentes tendidos con Occidente al rechazar la firma del Acuerdo de Asociación entre su país y la Unión Europea. Con esta decisión se esfumaron también las esperanzas de que la región se alejase de Rusia. De hecho, en la práctica suponía que se arrojaba a los brazos de su líder, Vladimir Putin.
A partir de entonces, los hechos se sucedieron a una velocidad de vértigo. El 22, lejos de calmar la situación, el gobierno de Kiev cargó de forma frontal contra el Fondo Monetario Internacional y le hizo responsable de la decisión tomada por haberles prometido una ayuda económica nimia para su modernización. «Nos ofrecen una miseria», afirmó Yanukóvich. El ejecutivo creía que el pasado soviético del país movilizaría a la población en contra de las potencias que habían obtenido la victoria en la Guerra Fría .
Pero no fue así. Entre el 24 y el 25 de noviembre, pocas jornadas después del demoledor anuncio, una multitud de 100.000 europeístas bloqueó el centro de la capital. El lema del nuevo movimiento, conocido a la postre como la revolución del Euromaidán, era claro: « Ucrania es Europa ». Como colofón, derribaron una de las estatuas de Vladimir Lenin al calor de la bandera con las doce estrellas de la UE. La icónica Plaza de la Independencia de la ciudad se convirtió en su centro neurálgico, el lugar desde el que presionar a un gobierno que, superado, recurrió primero al encarcelamiento masivo de opositores y, poco después, se vio obligado a amnistiar a muchos de ellos para relajar la tensión local e internacional.La calma duró un suspiro. El 18 de febrero de 2014 los disturbios se recrudecieron y las fuerzas de seguridad enviadas por Yanukóvich (de tendencia prorrusa) cargaron contra los hombres, mujeres y niños organizados en Kiev. El 20, con la tensión por las nubes, se vivió uno de los días más negros del país cuando grupos aislados de francotiradores dispararon, principalmente, sobre manifestantes y acabaron con la vida de medio centenar de ellos.
Mientras se sucedía el baño de sangre, Occidente y Putin hicieron sus particulares acercamientos, respectivamente, hacia los ciudadanos ucranianos más proclives a la europeización, ubicados en torno a Kiev, y a unirse a Rusia, situados al este del país. Europa brindó su apoyo, desde el principio, a los manifestantes. El Kremlin, por su parte, aprobó ayudas económicas a la región para ganarse el favor de los prorrusos. Pero, para entonces, la semilla del Euromaidán ya había florecido y el movimiento se había extendido a otras tantas ciudades. En una rápida sucesión de acontecimientos, y en mitad del caos, los revolucionarios tomaron las sedes del Gobierno y del Parlamento ante la neutralidad de unas sobrepasadas autoridades.
El presidente no aguantó la presión y escapó de su residencia, que fue asaltada y vejada poco después. Con su líder huido, los políticos locales eligieron como su sucesor al opositor Alexander Turchínov . El golpe fue severo para Rusia, desde donde se afirmó a toda velocidad que Yanukóvich era «el único poder legítimo». Por el contrario, Bruselas celebró la decisión. La revolución había ganado el primer asalto.
Cruenta guerra civilSin embargo, el discurso repetido desde el este cuajó en algunas de las regiones de Ucrania más favorables a Putin. Una de las zonas en las que fue recibido con los brazos abiertos fue en la península de Crimea, la misma que fuera entregada por Nikita Kruschev al país en 1954. El 26, una manifestación multitudinaria que clamaba por adherirse de nuevo a sus vecinos tomó las calles y, el 1 de marzo, las autoridades locales, de tendencia prorrusa, solicitaron la ayuda de Moscú para el mantenimiento de la paz. En los días siguientes las concentraciones se generalizaron.
El Kremlin intensificó entonces el envío de tropas hasta la región en lo que llamó la « ayuda a Crimea », un movimiento iniciado en febrero de forma oculta y que los miembros del G7 y otros tantos organismos consideraron una ocupación. «Rusia debe poner fin a sus actividades militares y a sus amenazas», sentenciaron desde la OTAN. De poco sirvieron las palabras, como bien demuestra el que, el 11 de marzo, el Parlamento regional aprobase su declaración de independencia y se desligara del gobierno de Turchínov. Cinco jornadas después se celebró un referéndum en el que el 96% de los que acudieron a las urnas votó a favor de formar parte de Rusia.
Como en el caso del Euromaidán, la decisión de Crimea fue un ejemplo para otras tantas regiones de Ucrania ubicadas al este de Kiev. Zonas con una mayoría de ciudadanos rusoparlantes que deseaban su anexión a Moscú y que habían sido testigos de la imposibilidad del gobierno interino para evitar la ocupación orquestada desde el Kremlin. Así, entre el 6 y el 13 de abril de 2014, cuando ya se había confirmado desde el nuevo ejecutivo que se celebrarían elecciones en mayo, los manifestantes prorrusos tomaron los óblast de Donetsk , Lugansk , Odessa , Jerson , Dnipropetrovsk , Zaporizhia y Járkiv . Una revolución acababa de alzarse contra otra.
La reacción del gobierno fue similar a la de su predecesor: organizar una operación antiterrorista contra unas milicias que, en sus palabras, Putin apoyaba con hombres, dinero y armas. En aquella primera batalla fueron aplastados la mayor parte de las revueltas. Solo dos zonas, Donetsk y Luhansk , resistieron el envite y se convirtieron en repúblicas populares tras sendos referéndums.
Desde entonces el país vive una verdadera guerra civil en la región de Donbass, ubicada al este del río Donets . Una cruenta contienda que enfrenta a los partidarios del gobierno de Kiev, hoy dirigido por Volodímir Zelenski como sucesor de Petró Poroshenko , electo en 2014, y a las repúblicas populares prorrusas de Donetsk y Lugansk. El punto álgido de la misma se sucedió hasta 2015, cuando ambos contendientes firmaron un alto el fuego en Kiev que todavía perdura. Al menos sobre el papel, ya que, aunque se han detenido los recurrentes bombardeos enviados desde Ucrania y los derribos de aviones civiles por parte de las milicias opositoras, los movimientos de refugiados y los golpes de mano aislados siguen produciéndose.
A nivel local los números son dantescos: según la ONU, entre 2014 y 2019 ha habido que lamentar 10.300 muertos y cientos de miles de desplazados. Más de 14.000 hasta que Putin lanzó sus carros de combate contra la frontera ucraniana el pasado febrero. Desde el punto de vista internacional la situación no es mejor, pues las autodenominadas repúblicas populares se han convertido en un pequeño tablero de ajedrez que enfrente al Kremlin y a Occidente.
José María Faraldo Jarillo, El conflicto entre Rusia y Ucrania explicado con sencillez, The Conversation, 24 febrero 2022
Martin Wolf, Trump y la guerra contra el orden mundial liberal (Financial Times/Expansión, 17 de junio de 2019):
La lucha por el poder entre grandes potencias nacionalistas que recelaban una de la otra había dado lugar a dos guerras mundiales devastadoras que habían dejado a Europa desecha. Ninguna idea racional de "interés" podía justificar este horrible desenlace. El mundo necesitaba una visión mucho más ilustrada de las relaciones internacionales que ésta.La nueva visión estaba compuesta de tres elementos esenciales. En primer lugar, después de haber sido sacado de su aislamiento por las dos guerras mundiales, EEUU se convertiría en el poder estabilizador. En segundo lugar, EEUU establecería alianzas eternas basadas en valores compartidos. Y por último, una serie de acuerdos internacionales, que al principio fueron fundamentalmente económicos y que luego se extendieron a áreas como el clima, darían lugar a una economía global predecible y liberal que tendría la capacidad de hacer frente a los desafíos globales. Los políticos estadounidenses creían que todo esto constituía una visión racional favorable a los intereses estadounidenses. Su ventaja consistía en aliarse con otros países para obtener resultados beneficiosos mediante medios novedosos e inteligentes. EEUU ha cometido grandes errores: sobre todo, ha confiado demasiado en la eficacia de las intervenciones en otros países, especialmente las militares. Sin embargo, en general, la Pax Americana ha sido un período de gran éxito. El resurgimiento del comercio mundial contribuyó a que hubiera una era de prosperidad mundial sin precedentes. Los éxitos políticos y económicos de Occidente le dieron la victoria sobre el comunismo soviético. A pesar del ascenso de China, EEUU y sus aliados aún disfrutan de un poder económico y militar preponderante. Según se dice en la Biblia del Rey Jacob, "surgió un nuevo rey en Egipto que no conocía a José". Ese rey ignorante es Trump, que no conoce a los estadounidenses que crearon el orden mundial en la posguerra. Da más importancia a las transacciones que a las alianzas, a los acuerdos bilaterales que a los multilaterales, a la imprevisibilidad que a la coherencia, al poder que a las reglas y a los intereses que a los ideales. Prefiere a dirigentes autoritarios como el chino Xi Jinping, el ruso Vladimir Putin e incluso el norcoreano Kim Jong Un que a los líderes de sus países aliados democráticos. En su opinión, el poder hace lo correcto. Algunas de las características llamativas del comportamiento de Trump son sus invenciones, su autocompasión y su intimidación: dice que otros países, entre ellos aliados históricos de EEUU, se "ríen de nosotros" por el clima o "nos engañan" en el comercio. Declara que la UE "se creó para aprovecharse de EEUU. Pero ya no. Esos días han terminado". Estas son afirmaciones absurdas. [...] Trump confunde deliberadamente el comercio con la seguridad nacional. Eso hace que sea mucho más difícil llegar a acuerdos y encontrar soluciones. Las actitudes de Trump hacia China y Europa ahora son las más importantes. Si EEUU rompe su compromiso con la OTAN o utiliza todo su poder para desarticular a la UE, la presión sobre esta última y el incentivo para que Rusia (o China) se inmiscuyan en ella podrían ser enormes: Europa podría unirse o podría romperse. Una vez más, Trump está decidido a hacer frente al ascenso de China. Aunque es posible que se obtengan ciertos progresos en asuntos comerciales, China no aceptará el objetivo mayor de Trump de frenar su ascenso. Por tanto, parece inevitable que las fricciones aumenten en el futuro. Por consiguiente, estamos en un momento histórico importante. Las bases del orden económico y de seguridad de la posguerra se están poniendo ahora en duda.
La nueva era del comercio mundial ya tiene nombre: el FMI bautiza y explica la quinta etapa de la globalización - El FMI asegura que el comercio global entra en una era llamada 'slowbalization' - El proceso globalizador dio comienzo en 1870 y ha sufrido cinc fases - La nueva era se caracteriza por la regionalización, la seguridad y la cercanía (Vicente Nieves, El Economista, 13/02/2023) |
Jesús Fernández-Villaverde, La industria de los semiconductores y el futuro de la economía mundial, El Confidencial - parte I, 04/02/2023; parte II (Estados Unidos controlará suficientes puntos de presión para dificultar seriamente la vida de la industria china de semiconductores), 5/03/2023; parte III (: Europa y España - Si durante la pandemia no éramos ni capaces de tener estadísticas de covid bien elaboradas, ¿cómo vamos a ser capaces de tener una buena política industrial que es mucho más compleja?), 1/04/2023
La noticia económica más importante de 2022 no fue ni la guerra en Ucrania, con la subida del precio de la energía que acarreó, ni la fuerte inflación. La clave de 2022 fue el recrudecimiento de la batalla por el control de la industria mundial de los semiconductores. Esta disputa vivió su momento más crítico, aunque no fue el único evento significativo a lo largo del año, el 7 de octubre, cuando el Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció nuevas regulaciones para restringir el acceso de China a los procesadores más avanzados, a los superordenadores y al equipo y software necesario para la fabricación de semiconductores de últimas generaciones. Estas regulaciones, un auténtico cambio radical de dirección de la política comercial de Estados Unidos, muestran la importancia estratégica de los semiconductores, pero, sobre todo, la ruptura, ya inequívoca, entre las dos grandes potencias económicas del planeta y cómo se configura el futuro de la economía mundial y su organización en complejas estructuras de valor añadido.
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En mi anterior entrada expliqué cinco ideas. La primera, que los chips eran el elemento fundamental de la economía moderna, mucho más que el petróleo. La segunda, que, como consecuencia de las enormes economías de escala en la industria, la producción de semiconductores, especialmente los más avanzados, estaba increíblemente concentrada en Taiwán y Corea del Sur, una región con una alta inestabilidad geoestratégica. Tercera, que Estados Unidos controlaba la parte más importante del valor añadido de la industria de semiconductores (pues la producción física de semiconductores solo es un paso en la industria, que también requiere diseño, software, etc.). Cuarta, que China, desde hace una década, aspira a capturar una parte mayor de ese valor añadido mundial. Y, quinta, que dadas las repercusiones militares que suponen que el gigante asiático avance en la producción de semiconductores, Estados Unidos había lanzado una agresiva e inusitada campaña de restricciones a la exportación de tecnología en este sector a China, con el anuncio de nuevas regulaciones el 7 de octubre de 2022 que aventuraban una nueva etapa de la economía mundial. Hoy explicaré cómo hemos llegado a esta situación y dibujaré las perspectivas de futuro para los próximos años.
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En las dos primeras entradas de esta trilogía hablé sobre la importancia crucial de los chips en la economía mundial y cómo la disputa sobre el control de su fabricación había llevado a una inusitada confrontación comercial entre Estados Unidos y China. Hoy completo mi exposición con unos breves apuntes sobre el futuro de esta industria en Europa y España, así como nuestras posibles respuestas en materia de política económica. Europa entró con retraso en la industria de los semiconductores. Paradójicamente, buena parte de la ciencia básica detrás de los chips se desarrolló en Europa entre el siglo XIX y la primera mitad del XX (aunque, como en otras áreas del conocimiento, España no aportó nada relevante a la materia). Sin embargo, fueron los estadounidenses Jack Kilby y Robert Noyce los que, de 1958 a 1960, diseñaron por separado un circuito integrado moderno, compaginando muchas ideas que flotaban en aquel momento en la academia y en la industria. Casi más importante que este avance, fue que las instituciones en Estados Unidos facilitaban el florecimiento de una poderosa industria de los semiconductores, con suficiente financiación y potencial de crecimiento. En esta industria la clave no reside en fabricar unas pocas unidades de un chip a un precio elevadísimo y para uso exclusivo de unos pocos, sino en la producción de millones de unidades a precios razonables para el consumidor medio. Estados Unidos, por una serie de razones que he expuesto en otras entradas, reunía esas instituciones mejor que otras economías.
Europa, con la excepción parcial de algunas economías del norte (Reino Unido o Países Bajos), ha tenido muchas más dificultades con sus industrias de alta tecnología desde 1945. Mientras que en algunos sectores de tecnología media-alta (automóviles o aviación) los países europeos son capaces de mantener empresas líderes, las compañías continentales se atragantan con áreas más punteras como los semiconductores, softwares o, ahora, la inteligencia artificial. Algunos ejemplos de éxito, como ASML, son solo honrosas excepciones a innumerables fracasos. En la industria de los semiconductores, Europa apostó desde el principio por una política basada en dos pilares: el proteccionismo (frente a las importaciones) y la inversión directa (estatal o "indicada"). Con respecto al proteccionismo, la por aquel entonces Comunidad Económica Europea impuso un arancel del 17% (muy alto en términos relativos) a la importación de semiconductores. Este arancel sobrevivió tanto a las rondas Kennedy como a las de Tokio de liberalización comercial. El arancel, además, fue reforzado por mil trabas burocráticas y otras barreras no arancelarias en las que los franceses han sido siempre expertos mundiales. Una historia famosa de la habilidad francesa para hacerle la vida imposible a sus competidores es cuando, en 1982, se obligó a que todos los reproductores de video que llegaban desde Japón tuviesen que pasar aduana en una pequeña oficina de Poitiers, donde solo trabajaban dos funcionarios, que inspeccionaban cada reproductor de manera individual para comprobar que sus números de serie eran los correctos.
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El historiador que explica por qué el mundo entero depende de una empresa desconocida - La economía mundial depende de una empresa situada en una isla más pequeña que Extremadura y en el ojo del huracán geopolítico. Un aclamado libro explica cómo hemos acabado metidos en este lío (Ángel Villarino entrevista a Chris Miller, que presenta su libro La guerra de los chips, El Confidencial, 06/09/2023)
Ángel Jiménez de Luis, 5G y 7 nanómetros, el último chip de Huawei desafía las sanciones de EEUU a China (El Mundo, 6 septiembre 2023)
El bloqueo a los equipos avanzados de litografía había conseguido hasta ahora restringir las opciones del fabricante en semiconductores
El último teléfono de Huawei, el Mate 60, no debería existir. Las sanciones y bloqueos que desde hace años EEUU impone a China hacen prácticamente imposible que el fabricante pueda acceder a chips con el suficiente nivel de miniaturización y conectividad que hoy se da hecho en móviles de otros fabricantes.
Pero, contra todo pronóstico, el teléfono no sólo cuenta con compatibilidad con redes 5G sino que también es el primero que se fabrica en China en un proceso de 7 nanómetros, un nivel de miniaturización para el que es necesario equipos de litografía especiales a los que China, en un principio, no tiene acceso.
Hace tiempo que este nivel de miniaturización fue superado por otros fabricantes. Hoy en día la inmensa mayoría de procesadores de telefonía se fabrican en procesos de 5 o 4 nanómetros. La mayor parte se produce en las fábricas de TSMC en Taiwan, el resto en fábricas de semiconductores de Corea del Sur, Japón o EEUU. Se espera que el próximo iPhone, que se anunciará la semana que viene, sea el primer móvil con un procesador aún más avanzado, fabricado en un proceso de 3 nanómetros. La cifra hace referencia a la distancia que separa las puertas de cada uno de los millones de transistores integrados en un chip. Cuanto menor es esa distancia, más potentes y eficientes son los procesadores, ya que se puede integrar, en una misma superficie, un mayor número de transistores que generan menos calor durante su funcionamiento.
Cuando un fabricante, incluso uno chino, quiere usar los procesadores más avanzados, recurre a menudo a estos proveedores, sobre todo a Qualcomm (una compañía californiana). Desde 2019, sin embargo, Huawei está en la lista negra del departamento de comercio de los EEUU y ninguna empresa estadounidense, salvo excepciones muy específicas, puede tener relación comercial con ella.
Este bloqueo ha tenido efectos devastadores en los móviles de la marca, que hasta hace no mucho era uno de los fabricantes más importantes del mundo. El problema no es sólo que no pueda tener acceso a los chips más modernos. Aunque sus teléfonos, por ejemplo, utilizan un sistema operativo basado en el mismo código que Android, tampoco tienen acceso a las tiendas de aplicaciones o servicios oficiales de Google, lo que ha reducido de forma significativa su atractivo.
La empresa ha conseguido lanzar algunos teléfonos con conexión 5G pero en producciones muy limitadas y gracias al acopio de chips que logró hacer antes de que entraran en vigor las sanciones.
Tras su inclusión en la lista, Huawei no ha tenido más remedio que apostar por los procesadores Kirin de la compañía china Semiconductor Manufacturing International Corp (SMIC), que durante años han tratado de posicionarse como una alternativa de bajo coste a los Snapdragon de Qualcomm.
En 2020, sin embargo, una nueva oleada de restricciones comerciales dejó a SMIC sin acceso a los equipos de litografía más avanzados del momento. Desde entonces sus chips han estado "atascados" en un proceso de fabricación de 14 nanómetros.
El anuncio del nuevo procesador del Mate 60 parece indicar, sin embargo, que SMIC ha encontrado la forma de obtener nuevos equipos de litografía o modificar aquellos a los que tiene acceso para conseguir un mayor nivel de miniaturización, probablemente a cambio de reducir la cantidad de chips viables en cada oblea (y por tanto aumentando el coste).
China está tratando de revitalizar el sector de los semiconductores con una importante inyección de capital, en un intento por desarrollar su propia tecnología capaz de competir con los procesos y maquinaria que usan los fabricantes de semiconductores en Taiwan, Corea del Sur y Japón. El lanzamiento de este nuevo teléfono y su chip en cierta forma es el pistoletazo de salida en esta nueva carrera.
El martes, uno de los consejeros de seguridad nacional de EEUU, Jake Sullivan, aseguró que el gobierno está tratando de obtener más información sobre el proceso de fabricación de estos nuevos procesadores y la forma en la que China habría conseguido sortear los bloqueos comerciales. El país y muchos de sus socios europeos, -incluida España- aún consideran que los productos de Huawei pueden suponer un grave peligro para la seguridad nacional. No todos han bloqueado las ventas de teléfonos a los consumidores, como ha hecho EEUU, pero la inmensa mayoría prohíbe el uso de los equipos de redes de Huawei en infraestructura de redes móviles.
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El buque atascado en el Canal de Suez es una parábola sobre la globalización excesiva - El cierre de una vía fluvial crucial para el comercio ilustra cuánto depende el mundo de las cadenas de suministro globales. (Peter S. Goodman, New York Times, 26 de marzo de 2021)
El mundo recibió esta semana otra advertencia sobre los peligros de su gran dependencia de las cadenas de suministro globales. Cuando un solo barco encalló en el Canal de Suez, y cerró el tráfico en ambas direcciones, el comercio internacional se enfrentó a un monumental atasco con consecuencias potencialmente graves.
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La embarcación accidentada no es un buque cualquiera. El Ever Given es uno de los mayores portacontenedores del mundo, con espacio para 20.000 cajas metálicas que transportan mercancías por el mar. Y el Canal de Suez no es una vía fluvial cualquiera. Es un canal vital que une las fábricas de Asia con los clientes acomodados de Europa, así como un importante conducto para el petróleo.
Por qué es tan importante el canal de Suez
El hecho de que un percance pudiera sembrar un nuevo caos desde Los Ángeles hasta Rotterdam y Shanghái puso de manifiesto hasta qué punto el comercio moderno ha llegado a girar en torno a cadenas de suministro verdaderamente globales.
En las últimas décadas, los expertos en gestión y las empresas de consultoría han defendido la llamada fabricación justo-a-tiempo para limitar costos y aumentar beneficios. En lugar de malgastar el dinero al acumular productos adicionales en los almacenes, las empresas pueden emplear la magia de internet y de la industria del transporte mundial para conseguir lo que necesitan justo cuando lo necesitan.
La adopción de esta idea ha supuesto nada menos que una revolución para los principales sectores: la manufactura de automóviles y dispositivos médicos, el comercio minorista, los productos farmacéuticos y otros. También ha supuesto una bonanza para los ejecutivos de las empresas y otros accionistas: el dinero que no se gasta en llenar los almacenes de piezas de automóvil innecesarias es, al menos en parte, dinero que puede entregarse a los accionistas en forma de dividendos.
Sin embargo, como en todo en la vida, abusar de algo bueno puede ser peligroso.
La excesiva dependencia de la fabricación justo-a-tiempo ayuda a explicar cómo el personal médico, desde Indiana hasta Italia, se encontró atendiendo a los pacientes de COVID-19 durante la primera oleada de la pandemia sin el equipo de protección adecuado, como mascarillas y batas.
Los sistemas de salud —muchos de ellos bajo el control de empresas con ánimo de lucro que responden ante los accionistas— asumieron que podían depender de la web y de la industria mundial del transporte marítimo para entregar lo que necesitaban en tiempo real. Esto resultó ser un error de cálculo mortal.
Despiadado y turbio: así es el mercado de las mascarillas N95
La misma dependencia explica por qué Amazon no proporcionó inventarios adecuados de mascarillas y guantes a los trabajadores de sus almacenes en Estados Unidos durante los primeros meses de la pandemia.
“Hicimos pedidos de compra de millones de mascarillas que queremos dar a nuestros empleados y contratistas que no pueden trabajar desde casa, pero muy pocos de esos pedidos han sido atendidos”, declaró el fundador de Amazon, Jeff Bezos, en una carta a todos los empleados en marzo del año pasado. “Las mascarillas siguen siendo escasas a nivel mundial”.
Algunos expertos llevan años advirtiendo que los intereses de los accionistas a corto plazo han eclipsado la gestión prudente a la hora de incentivar a las empresas a ahorrar en el almacenamiento de mercancías.
“A medida que nos volvemos más interdependientes, estamos más sujetos a las fragilidades que surgen, y siempre son imprevisibles”, dijo Ian Goldin, profesor de globalización en la Universidad de Oxford. “Nadie podía predecir que un barco encallaría en medio del canal, igual que nadie predijo de dónde vendría la pandemia. Igual que no podemos predecir el próximo ciberataque, o la próxima crisis financiera, pero sabemos que va a ocurrir”.
La catástrofe del momento, en la que los ingenieros trabajan para extraer un enorme buque del Canal de Suez, ha dejado a más de 100 barcos atascados en ambos extremos a la espera de poder pasar. Algunos transportan petróleo, razón por la que los precios de la energía subieron el miércoles, aunque retrocedieron el jueves. Otros transportan productos electrónicos, ropa y aparatos de gimnasia.
Ninguno de ellos llegará a su destino hasta que se libere el barco atascado. Según un análisis de Bloomberg, cada día de estancamiento retiene mercancías por valor de 9600 millones de dólares.
Desde su implantación en la década de 1950, el contenedor marítimo ha revolucionado el comercio mundial. Al ser un receptáculo de tamaño estándar que puede colocarse rápidamente en las líneas de ferrocarril y en los camiones, ha reducido drásticamente el tiempo necesario para trasladar las mercancías de un lugar a otro.
El aumento exponencial del número de contenedores que pueden apilarse en un solo barco ha reducido aún más el mundo. La capacidad ha aumentado un 1500 por ciento en el último medio siglo, y casi se ha duplicado solo en la última década, según Allianz Global Corporate and Specialty, una compañía de seguros marítimos.
Estos avances en el comercio han dado lugar a formas de especialización sofisticadas y muy eficientes, con fábricas de automóviles en el norte de Inglaterra que emplean piezas procedentes de toda Europa y Asia. El auge de los buques contenedores ha ampliado la disponibilidad de los bienes de consumo y ha reducido los precios.
Pero estos mismos avances han generado vulnerabilidades, y la obstrucción del Canal de Suez —un lugar de paso para aproximadamente una décima parte del comercio mundial— ha intensificado las tensiones en la industria naviera, que se ha visto abrumada por la pandemia y la consecuente reordenación del comercio mundial.
Mientras los estadounidenses se enfrentan a los confinamientos, han pedido grandes cantidades de productos de fábrica a Asia: bicicletas estáticas para compensar el cierre de los gimnasios; impresoras y monitores de computadora para convertir los dormitorios en oficinas; equipos de repostería y juguetes para entretener a los niños encerrados en casa.
La oleada de pedidos ha agotado la oferta de contenedores en los puertos de China. El costo de enviar un contenedor desde Asia a Norteamérica se ha duplicado con creces desde noviembre. Y en los puertos de Los Ángeles a Seattle, la descarga de esos contenedores se ha visto ralentizada porque los estibadores y camioneros han sido alcanzados por la COVID-19 o se han visto obligados a quedarse en casa para atender a los niños que no van a la escuela.
Las interrupciones en el comercio causadas por la pandemia han obstaculizado los puertos clave de Estados Unidos, como el de Los Ángeles.
Las interrupciones en el comercio causadas por la pandemia han obstaculizado los puertos clave de Estados Unidos, como el de Los Ángeles.Credit...Coley Brown para The New York Times
Los retrasos en la descarga suponen retrasos en la carga del siguiente envío. Los exportadores agrícolas del Medio Oeste estadounidense han tenido dificultades para conseguir contenedores para enviar soja y cereales a los procesadores de alimentos y proveedores de alimento de animales del sudeste asiático.
Esta situación lleva ya cuatro meses, y muestra pocos signos de alivio. Los minoristas de Norteamérica se han dedicado a reponer frenéticamente sus agotadas existencias, lo que ha puesto a prueba a las compañías navieras en lo que suele ser la temporada baja de las rutas transpacíficas.
El bloqueo del Canal de Suez deja fuera de juego a más contenedores. La cuestión es cuánto tiempo durará.
Dos semanas podrían dejar varada hasta una cuarta parte de la oferta de contenedores que normalmente estaría en los puertos europeos, según calcula Christian Roeloffs, director general de xChange, una consultora de transporte marítimo de Hamburgo, Alemania.
“Teniendo en cuenta la actual escasez de contenedores, esto no hace más que aumentar el tiempo de entrega de los buques”, dijo Roeloffs.
Tres cuartas partes de los barcos de contenedores que viajan de Asia a Europa llegaron con retraso en febrero, según Sea-Intelligence, una empresa de investigación de Copenhague. Incluso unos pocos días de interrupción en Suez podrían agravar la situación.
Si Suez permanece atascado durante más de unos días, aumentaría drásticamente lo que está en riesgo. Los barcos que ahora están detenidos en el canal tendrán dificultades para dar la vuelta y seguir otras rutas, dada la estrechez del canal.
Los que ahora se dirigen a Suez pueden optar por virar al sur y navegar alrededor de África, lo que añade semanas a sus viajes y quema combustible adicional, un costo que, en última instancia, correrá a cargo de los consumidores.
Cuando los barcos vuelvan a atravesar el canal, es probable que lleguen a los puertos más concurridos todos al mismo tiempo, lo que obligará a muchos a esperar antes de poder descargar, un retraso adicional.
“Esto podría hacer que una crisis realmente mala sea aún mucho peor”, dijo Alan Murphy, fundador de Sea-Intelligence.
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Aitana modelo instagram
https://amp.epe.es/es/opinion/20231027/lucia-velasco-nuevo-aceleracionismo-93857081
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Warner Bros says map is ‘child-like’ after Vietnam accused film-makers of depicting China’s nine-dash line in South China Sea (The Guardian, 7 July 2023) |
Competition over the South China Sea explained in 30 seconds - China, the Philippines, Vietnam, Malaysia, Brunei and Taiwan all have claims over the area, and tensions often threaten to boil over (The Guardian, 8 Sept 2023)
Fuente: chinausfocus |
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Iliana Olivié, Los nuevos BRICS, ¿un Sur radial con China en el centro? - Los aspectos comerciales o la cooperación sur-sur se quedaron en el tintero de la anunciada cumbre de las economías nacionales emergentes más prometedoras del mundo (El País, 30 de agosto de 2023):
La XV cumbre de los BRICS, celebrada hace pocos días en Johanesburgo, ha atraído una atención importante de medios de comunicación y analistas. No es para menos. Si el grupo original ya reunía algunas de las economías emergentes mayores y más dinámicas, con la anunciada incorporación de seis miembros más, los BRICS+ tendrán un importantísimo peso en lo económico (37% de la economía mundial, según datos del Banco Mundial) y, aún más, en lo demográfico (46% de la población mundial, según la misma fuente). Esto, combinado, no obstante, con una participación en el proceso de globalización sensiblemente menor (con algo más del 22% de la presencia global agregada, según el Índice Elcano de Presencia Global).
Mucha de la atención se ha puesto, naturalmente, en su ampliación y lo que supone desde el punto de vista geopolítico: si se conforma así un nuevo grupo de no alineados, si surge un nuevo reto o contrapeso a Occidente, o quién gana y quién pierde con ella, tanto en el grupo original (formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) como entre los nuevos miembros (Arabia Saudí, Argentina, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán).
Es interesante, además, la declaración conjunta y la visión del desarrollo que desprende y a la que se dedican, directa o indirectamente, el conjunto del texto en sus apartados sobre el multilateralismo, la seguridad, el crecimiento y el desarrollo sostenible.
El texto abre con un alegato a favor del multilateralismo, que debería ser inclusivo. Se defiende contundentemente el sistema de Naciones Unidas pero también la Organización Mundial del Comercio (y, con ella, el libre comercio), el Fondo Monetario Internacional (en el centro de una eventual red de seguridad financiera mundial) y, evidentemente, otros espacios de gobernanza global de los que varios de los BRICS forman parte, como el G-20. No se deduce la voluntad de acabar con el actual orden mundial, lo que va muy en la línea de estudios recientes sobre la actitud de China ante las normas internacionales.
La agenda de desarrollo económico es, en realidad, una agenda de crecimiento (partnership for mutually accelerated growth, alianza para el crecimiento mutuamente acelerado). Un crecimiento que se sustenta en el comercio internacional. Esto, en un momento en que Europa y Estados Unidos hablan más bien de autonomía estratégica abierta o, directamente, de política industrial, lo que lleva indefectiblemente a un cierto control sobre la cantidad o variedad de importaciones.
Por su parte, la aproximación del texto al desarrollo sostenible se centra en el clima, la salud y la pandemia, o la carrera espacial, sin apenas mención a los modelos de desarrollo económico, con la única excepción de una mención a la necesidad de no utilizar la política climática como una barrera comercial encubierta. De nuevo, el libre comercio.
Por supuesto, no se pueden tomar todas y cada una de las ideas de la declaración en su literalidad, como si estas fueran parte de una hoja de ruta común. En este sentido, hay que tener en cuenta que las referencias a la libertad, la equidad de género, o la democracia son frecuentes. Sin embargo, esta visión del desarrollo como fruto del comercio internacional vía la explotación de las ventajas comparativas de los países que integran la alianza puede comprenderse en el marco del patrón comercial entre los miembros del grupo.
Según datos de la UNCTAD, China es el primer socio comercial de cinco de los BRICS+ (Arabia Saudí, Brasil, Irán, Rusia y Sudáfrica); el segundo de otros tres (Argentina, Emiratos, India). Estados Unidos, por su parte, es primer o segundo socio comercial de seis de estos países, China entre ellos. A China se exportan productos agrícolas (Argentina, Brasil) y energéticos (Arabia Saudí, Emiratos, Rusia), metales preciosos (Emiratos, Sudáfrica). Además, también se comercializan productos químicos para la manufactura con plásticos (Irán) o servicios de telecomunicaciones (India), de modo que China pueda ser el primer productor y exportador mundial de productos de consumo y otras manufacturas que el conjunto del planeta, en general, y sus socios BRICS+, en particular, necesitan.
Desde esta óptica, un sistema multilateral, garante del libre acceso a mercados de exportación, estaría en el interés de los BRICS+. Sin embargo, esta lógica, de un Sur quizás más radial que global, con China en el centro, también cristaliza capacidades productivas y exportadoras de mayor valor añadido en el gigante asiático que en el resto de sus socios y, con ello, limita en estos últimos las posibilidades de un desarrollo económico basado en la creación de mayores y mejores capacidades productivas. Si la declaración hace 37 referencias a aspectos comerciales, la industria o los procesos de industrialización, se mencionan solo 11. En definitiva, la declaración de Johanesburgo no termina de abordar la necesaria autonomía estratégica de muchos de los BRICS+.
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[Historia económica reciente del Reino Unido, crisis industrial, auge financiero y caída desde el 2008]
Manel Pérez, Cuando las elites siembran el malestar social (La Vanguardia, 18/12/2022)
En el Reino Unido el malestar social está a flor de piel. Una oleada de huelgas, especialmente en los servicios públicos, está señalando el final agónico del modelo de economía financiera que ya se arrastra desde la Gran recesión del 2008
El Reino Unido es el país del mundo desarrollado más afectado por el malestar social. La vida cotidiana de los británicos recuerda los grises años setenta, cuando las huelgas y la inflación alimentaron un agrio descontento que desembocó en la victoria de Margaret Thatcher, la líder de los conservadores, en 1979. Fue aquel un momento decisivo para el país, y en parte para el mundo, en el que las elites políticas y del dinero del Reino Unido decidieron dar un giro radical y cambiaron el modelo económico apostando por las emergentes finanzas. Con la Gran Recesión, a esa elite, como a todas en un momento u otro, le llegó el momento del juicio. Y no salió bien parada del fallo de la historia. Ahora no sabe qué hacer.
Entre la victoria de Thatcher, en 1979 y el big bang, la liberalización de la bolsa de Londres en 1986, el capitalismo británico preparó una mutación radical con la que pensaba reconducir su decadencia desde la segunda guerra mundial y la pérdida de la primacía global. Lo haría a lomos del que ya era el hermano mayor, los Estados Unidos de Ronald Reagan, que en aquellos años propugnó recetas similares, aunque con un objetivo diferente al de su amiga británica.
Las finanzas y la bolsa londinenses se convirtieron en uno de los dos grandes centros bursátiles y financieros mundiales, junto a Wall Street y transformó la estructura de la economía de la isla. La City (el centro financiero) transformó la city, (la capital tradicional), de excapital de un imperio comercial en una meca del dinero y las mieles de la globalización. En las décadas siguientes, la economía británica creció y los ingresos generados por sus servicios financieros al resto del mundo crecieron como la espuma. Fueron días de vino y rosas. Londres se convirtió en un paraíso fiscal y en la más glamorosa capital para inversores y ricos de todo el planeta. Y su metamorfosis forzó la del resto del país. También de sus poderes económicos y de su clase política. Thatcher y la nueva economía desembocaron en el New Labour, el nuevo laborismo de Toni Blair, que ya no cuestionó los presupuestos básicos del thatcherismo, en gran parte los bendijo.
La nueva máquina económica británica albergaba una gran divergencia entre los dos mundos, las elites globales que dominaban en Londres y el resto del país. Mientras los amos del universo ganaban astronómicas sumas de dinero en la City, los otros apenas mantenían los niveles de vida del pasado, más bien padecían los cambios del modelo económico.
Pese a esa desigualdad social, Londres, se coronó como gran triunfadora de la globalización, sin que en realidad nada sugiriera que los males profundos que habían llevado al país a un callejón sin salida a finales de los setenta se hubieran superado o atenuado. Los beneficiados - la cúspide financiera que vendía sus caros servicios al resto del mundo; los afortunados tenedores del codiciado suelo de la capital y los residuales propietarios locales de empresas que ya no fabricaban en el Reino Unido- junto con los jeques y las grandes fortunas de todo el mundo que se instalaban en Londres, tomaron el puesto de mando de la economía, mientras el resto de los sectores pesaban cada vez menos, languidecían.
El Reino Unido se desindustrializó y pasó de disfrutar de una balanza comercial positiva, es decir de exportar más mercancías de las que importaba, a una crónicamente negativa. De hecho, desde hace casi cuatro décadas es la más deficitaria del mundo desarrollado, excepto en los años puntuales previos a la crisis financiera del 2008, en que países con burbujas descomunales, como España y EE.UU, le tomaron temporalmente la delantera en ese dudoso ránking. La expresión urbanística más destacada de esa transformación fue la construcción desde 1981 del complejo de oficinas Canary Wharf sobre el terreno que históricamente habían ocupado las instalaciones del que fue uno de los primeros puertos de mercancías del mundo.
La tradicional ocupación en la industria se fue transformando en empleos del sector de servicios, camareros, cocineros y empleados de tiendas franquiciadas para turistas. Peor pagados y menos estables. Las vulnerabilidades sociales llegaron a tal extremo que incluso bajo un discurso público liberal y de restricción del Estado, el gasto en el welfare siguió creciendo. De menor calidad que en el pasado, debía atender a una masa mucho mayor de damnificados.
Con sus evidentes problemas, ese sistema embrujó al mundo durante el apogeo de la globalización. Londres miraba de tu a tu a Nueva York,; en algunos aspectos, incluso la superaba. En el 2007, a las puertas de lo que acabaría siendo la Gran Recesión, el producto interior bruto per cápita del Reino Unido superaba con holgura al de todas las economías desarrolladas, desde EE.UU. a Alemania, Francia, Italia o España, a la que le sacaba un 60% de ventaja. Ahora, en el 2021, EE.UU. y Alemania lo superan de manera incontestable, Francia casi le atrapa y solo Italia y España siguen claramente por detrás. Y de cualquier manera, en la actualidad, aún no ha alcanzado el nivel previo a la crisis financiera: catorce años después, los ciudadanos británicos son menos productivos y más pobres. Incluso el reino de la bolsa y de las finanzas, Londres, cede el cetro europeo a París, el ejemplo de burocracia europea tan denostado por el thatcherismo.
Sobre ese trasfondo se ha desplegado el drama político en el Reino Unido de los últimos años. El más visible, el Brexit, un paso más hacia el infierno, una respuesta populista a un mal complejo y con enormes ramificaciones. La sociedad reacciona también con más malestar y protesta. Por eso y por la inflación, se vive la mayor ola de huelgas de empleados y servicios públicos en décadas. La elite británica parece tentada de tomar el peor camino posible, a costa de la mayoría de la ciudadanía. La política, comandada por el premier Rishi Sunak, recurriendo al ejército; la económica intentando hacerse con una parte aún más grande del pastel
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Qué es "woke" y por qué este término generó una batalla cultural y política en EE.UU. (BBC, 5 noviembre 2022):
"Desperté".
Ese es el significado literal de la palabra "woke", el pasado de "wake", que significa despertar.
Pero el término es mucho más complejo y ser o estar woke en slang o jerga estadounidense puede hacer ver con qué posturas políticas estás más alineado.
El uso de woke surgió dentro de la comunidad negra de Estados Unidos y originalmente quería decir estar alerta a la injusticia racial.
"La persona que mucha gente considera que lo acuñó fue [el novelista] William Melvin Kelley", le dijo a la BBC Elijah Watson, editor de noticias y cultura del sitio web de música estadounidense Okayplayer y autor de una serie de artículos llamados "El origen de woke".
"En 1962 publicó un ensayo en el New York Times titulado If You're Woke, You Dig It ('Si estás despierto, lo entiendes')", relató.
El término resurgió en la última década con el movimiento Black Lives Matter, que nació en rechazo a la brutalidad policial hacia personas afrodescendientes.
Pero esta vez su uso se difundió más allá de la comunidad negra y empezó a ser utilizado para significar algo más amplio.
En 2017, el diccionario Oxford agregó esta nueva acepción de "woke", definiéndolo como: "Estar consciente de temas sociales y políticos, en especial el racismo".
Suena como algo positivo, ¿verdad?
Pues depende de a quién se le pregunte. Porque, así como hay gente que se autodefine con mucho orgullo como una persona "woke", que está alerta a la discriminación y la injusticia, hay muchos otros que utilizan el adjetivo como un insulto.
El propio diccionario Oxford hace la distinción. Debajo de la definición, agrega lo siguiente:
"Esta palabra a menudo se usa con desaprobación por parte de personas que piensan que otras personas se molestan con demasiada facilidad por estos temas, o hablan demasiado sobre ellos de una manera que no cambia nada".
O como apunta el diccionario Merriam-Webster, se usa con desaprobación para referirse a alguien políticamente liberal (como en asuntos de justicia racial y social) especialmente de una manera que se considera irrazonable o extrema.
Es decir, que mientras que para algunos ser "woke" es tener conciencia social y racial, y cuestionar los paradigmas y las normas opresoras impuestas históricamente por la sociedad, para otros describe a hipócritas que se creen moralmente superiores y quieren imponer sus ideas progresistas sobre el resto.
Los críticos de la cultura "woke" cuestionan, sobre todo, los métodos coercitivos que utilizan algunos "policías de la palabra" -así los definen- contra quienes dicen cosas o cometen actos que ellos perciben como misóginos, homofóbicos o racistas.
En particular ha generado mucho malestar el uso de un método conocido como la "cancelación": un boicot social y profesional, que suele realizarse a través de las redes sociales, contra individuos que actuaron o dijeron algo que para ellos es intolerable.
"Perdí el mejor empleo de mi vida por una foto en redes sociales": los peligros de la "cultura de la cancelación" (y dónde está el límite)
Para las personas "woke", se trata de una forma de protesta no violenta que permite empoderar a grupos históricamente marginalizados de la sociedad y corregir comportamientos, sobre todo de los sectores más privilegiados, que hasta ahora eran parte del stato quo y persistían sin castigo ni cambio.
Pero para los críticos es corrección política llevada al extremo, que atenta contra la libertad de expresión y "los valores tradicionales estadounidenses".
Batalla política
Lo que empezó como un choque cultural se fue transformando en un enfrentamiento político.
El término "woke" se convirtió en sinónimo de políticas de izquierda o liberales que abogan por cosas como la equidad racial y social, el feminismo, el movimiento LGBT, el uso de pronombres de género neutro, el multiculturalismo, el uso de vacunas, el activismo ecológico y el derecho a abortar.
Políticas con las que se asocia el Partido Demócrata del presidente Joe Biden, así como también al ala más liberal que incluye políticos como Bernie Sanders o la congresista Alexandria Ocasio-Cortez.
En contraposición, el ala más extrema del Partido Republicano, liderada por el expresidente Donald Trump, considera que estas políticas representan no solo una amenaza a los "valores de familia" sino incluso a la misma democracia, a la que se quiere "reemplazar con una tiranía woke".
En 2020, Trump centró uno de los ejes de su campaña de reelección en combatir a estos llamados "woke lefties" (izquierdistas despiertos) quienes -aseguró- practican un "fascismo de extrema izquierda".
El entonces mandatario señaló que con su "cultura de la cancelación" estaban "expulsando a la gente de sus trabajos, avergonzando a los disidentes y exigiendo la sumisión total de cualquiera que no esté de acuerdo".
"Es la definición misma de totalitarismo", acusó el líder republicano.
Para los demócratas el autoritario es Trump, cosa que -según ellos- quedó demostrado cuando se rehusó a dejar el poder tras su derrota electoral y sus simpatizantes irrumpieron en el Capitolio.
Lejos de saldar el debate, los primeros dos años de gobierno de Biden han ahondado la polarización entre estos dos sectores.
Según el Pew Research Center, "los demócratas y los republicanos están más alejados ideológicamente hoy que en cualquier otro momento de los últimos 50 años".
Y una encuesta realizada en septiembre por el canal CBS mostró que casi la mitad de los miembros de ambos partidos ven al otro no como un opositor político sino como un "enemigo".
Las "midterms"
Las diferencias ideológicas se pusieron de manifiesto en la antesala de los comicios legislativos del 8 de noviembre, conocidos como las "midterms" o elecciones de mitad de período.
Durante la campaña electoral, muchos partidarios de Trump volvieron a advertir sobre los supuestos peligros que conlleva el llamado "wokeismo" demócrata.
"Puedes perder tu trabajo. Puedes ser rechazado en la plaza del pueblo de América en las redes sociales. Te pueden perseguir por la calle. Te pueden tirar cosas. Puedes ser agredido físicamente (como le ocurrió al escritor) Salman Rushdie. Te pueden apuñalar en la maldita garganta si no le caes bien", alertó recientemente en Fox News la comentarista política conservadora Tammy Bruce.
Muchos demócratas desmerecen este tipo de afirmaciones, señalando que es retórica alarmista que busca ganar votos.
"Cada elección, [los republicanos] inventan un nuevo cuco en lugar de tratar de resolver problemas y mejorar la vida de las personas", criticó en declaraciones a CBS News el demócrata Charlie Crist, quien se postulaba para la gobernación de Florida.
El rival de Crist -y eventual ganador- fue el actual gobernador Ron DeSantis, quien después de ser reeligo se torna en posible candidato presidencial en 2024. Es uno de los republicanos que más hace hincapié en los supuestos peligros del "woke culture" de sus rivales.
Ron DeSantis, el gran ganador en Florida a quien Trump advierte que no se postule a presidente
En sus discursos suele repetir que "woke es la nueva religión de la izquierda".
Dado este contexto, algunos demócratas, en especial los más moderados, han advertido que el llamado "wokeismo" está perjudicando a su partido, dándoles a los republicanos armas para atacarlos.
"El wokeness es un problema y todos [en el Partido Demócrata] lo saben", le dijo al sitio Vox el famoso consultor político demócrata James Carville, quien lideró la exitosa campaña presidencial de Bill Clinton en los años 90.
Según Carville, el problema son algunas de las propuestas más extremas que alienan a los sectores conservadores de la sociedad y son usados por los trumpistas para asustar al electorado.
Como ejemplo citó la iniciativa para "desfinanciar a la policía" y utilizar esos fondos para programas de ayuda comunitaria, una idea que surgió tras el asesinato de George Floyd en 2020 y que busca poner fin al problema del llamado "racismo sistémico en las fuerzas de seguridad".
Aunque muchos demócratas -incluido el presidente Biden- se expresaron en contra de esta idea, algunos la apoyaron, llevando a varios candidatos republicanos a asociar a todo el partido con la propuesta, que es impopular entre gran parte de la población.
La "cultura woke" también ha generado críticas internas dentro del liderazgo del Partido Demócrata.
Uno de los detractores más famosos -y más vocales- es el expresidente Barack Obama (2009-2017).
El expresidente Barack Obama advirtió que juzgar a otros por sus errores no es constructivo.
En 2019, en la antesala de la carrera para definir quién sería el candidato o la candidata demócrata en los comicios presidenciales del año siguiente, Obama criticó que el foco -en especial entre los más jóvenes- se estuviera poniendo en cuán "woke" era esa persona.
Sus palabras llegaron luego de que un número de posibles candidatos demócratas se vieran forzados a pedir disculpas públicas por cosas que habían dicho en el pasado.
"Tengo la sensación de que ciertos jóvenes en las redes sociales creen que la forma de generar el cambio es juzgar lo más posible a otras personas", afirmó durante un encuentro anual de la Fundación Obama.
"Si tuiteo o publico un hashtag sobre cómo no hiciste algo bien o usaste el verbo incorrecto, entonces puedo sentarme y sentirme bastante bien conmigo mismo porque '¿viste lo woke que fui? ¡Te pesqué!'".
"Basta", dijo. "Si todo lo que haces es tirar piedras, probablemente no llegues muy lejos".
"El mundo es desordenado", aleccionó. "Hay ambigüedades. Las personas que hacen cosas realmente buenas tienen defectos".
Sin embargo, la legisladora más joven del Partido Demócrata (y de toda la Cámara de Representantes), la carismática Alexandria Ocasio-Cortez, salió a la defensa del "wokeismo".
AOC -como es conocida- señaló que si al partido le va mal en las próximas elecciones es porque el Congreso no ha logrado aprobar legislación sobre el derecho a votar, una de las causas insignia de los activistas "woke".
Los demócratas más jóvenes -como la legisladora Alexandria Ocasio-Cortez (AOC)- son los que más fomentan la "cultura woke".
"'Woke' es un término que los expertos ahora usan como un eufemismo despectivo de los derechos civiles y la justicia", publicó en su cuenta de Twitter en noviembre de 2021.
"Inventar un problema 'woke' tiene como resultado poner los derechos civiles y de voto en un segundo plano", advirtió.
"En un año en el que las legislaturas estatales están planeando mayorías republicanas y supresión de votantes, eso es peligroso".
"Capitalismo woke"
Los debates sobre el "wokeismo" no solo dominan la agenda política y cultural estadounidense. También han permeado el mundo empresarial.
Algunas compañías se han encontrado en el ojo de la tormenta por adoptar cambios que son interpretados -para bien o para mal- como "woke".
Un caso conocido es el de Gillette, que generó controversia en 2019 con una publicidad llamada "Lo mejor que pueden ser los hombres", en el que se criticaba comportamientos masculinos "tóxicos" como el bullying, el acoso sexual y el sexismo.
Aunque fue aplaudido por muchos, también se convirtió en su momento en uno de los videos con mayor número de pulgares para abajo en You Tube, y provocó un boicot contra la fabricante de rasuradoras.
La polémica que desató Gillette con su anuncio en contra de la "masculinidad tóxica"
El golpe económico que sufrió Procter & Gamble, dueña de la compañía, llevó a la creación de un meme que se ha popularizado entre la derecha: Get woke, go broke ("Hazte woke, quiebra").
En los últimos tiempos, la empresa que más ha recibido elogios y críticas por ser considerada "woke" es Disney.
Disney podría perder los derechos de autor sobre su personaje Mickey Mouse por haber adoptado políticas que según los republicanos son "woke".
En abril pasado, el gobernador DeSantis firmó una ley para retirarle a la Walt Disney Company su estatus legal especial que le permite autogobernarse en el estado de Florida.
Y legisladores republicanos advirtieron que no aprobarán la extensión del derecho de autor de Disney sobre su principal personaje Mickey Mouse, que vence en 2024.
Fue en represalia a la oposición de los ejecutivos de la empresa a una ley que prohíbe enseñar sobre sexualidad, orientación sexual y diversidad de género en las escuelas primarias de Florida, bautizada por sus detractores como la ley "No digas gay".
“Disney se pasó de la raya”: la guerra del gobernador de Florida contra la empresa por su oposición a la ley "No digas gay"
Disney publicó un comunicado en contra de la norma, presionado por sus empleados que realizaron protestas y un paro ante el silencio inicial de la empresa.
"Nuestros empleados ven el poder de esta gran compañía como una oportunidad para hacer el bien. Yo estoy de acuerdo", dijo entonces el CEO de Disney, Bob Chapek.
La compañía también fue acusada por algunos sectores conservadores de "hacer activismo woke" por elegir a una actriz negra para protagonizar la nueva versión, con actores de carne y hueso, del clásico "La sirenita", en el que el personaje animado de Ariel (basado en el cuento de hadas de Hans Christian Andersen) aparece como una sirena de piel blanca y ojos azules (en ambas versiones es pelirroja).
Por el contrario, la elección de una actriz de piel oscura fue aplaudida por muchas voces que no solo se sintieron representadas sino que además consideran que, dado que las sirenas son personajes mitológicos, pueden ser de cualquier color de piel.
DeSantis y otros republicanos también han criticado a las empresas que priorizan las inversiones que tienen impacto medioambiental, social y de gobernanza (conocidas como ESG), catalogándolas como "capitalismo woke".
En julio pasado, el gobernador dijo que las inversiones ESG -que suelen priorizar temas como el cambio climático o la diversidad- "amenazan la vitalidad de la economía estadounidense y la libertad económica de los estadounidenses al apuntar a individuos e industrias desfavorecidas para promover una agenda ideológica woke".
Según el sitio Market Watch, si los republicanos toman el control del Congreso durante las midterms "es probable que apunten contra el capitalismo woke".
"Los inversores deben esperar un rechazo significativo de los republicanos contra las políticas ESG, tanto las ordenadas por los reguladores gubernamentales como las autoimpuestas por el sector privado", advirtió el analista Brian Gardner de la consultora financiera Stifel.
La nariz antisemita de Bradley Cooper que ha irritado a la cultura woke - El actor, como antes Scarlett Johansson, sufre la ira de los colectivos que defienden que los papeles de trans, de negros o de judíos solo pueden ser interpretados por ellos (Rebeca Argudo, La Razón, 21 de agosto de 2023)
TEORÍA CRÍTICA RACIAL Doctrina 'woke' (I): fundamentalismo identitario y hostilidad racial en los campus de EEUU - Inauguramos una serie sobre cómo la ideología de la teoría crítica racial se ha ido fraguando en las universidades progresistas y extendiéndose después por la cultura y las instituciones de EEUU (Argemino Barro, El Confidencial, 15/04/2021:
Lo que solía considerarse una crisis de libertad de expresión en los campus de élite de Estados Unidos, con sus escraches y sus códigos del lenguaje, sus 'espacios seguros' y sus advertencias de contenidos sensibles, está cristalizando en una sólida ortodoxia identitaria. Algunos de los campus más selectos de los estados demócratas empiezan a mostrar los rasgos de pequeños regímenes fundamentalistas. Guiados por una teoría que no permite la duda y al abrigo de la indignación desatada por casos como el asesinato de George Floyd, sus rectorías han creado poderosos comités, ideologizado los temarios e incluso organizado confesiones públicas de prejuicios raciales. Un clima dogmático que, como tal, no tolera herejías. Herejías como la de Jodi Shaw y Aaron Kindsvatter. Con sus casos, inauguramos una serie en El Confidencial sobre cómo esta ideología, que suele aparecer bajo los nombres de 'teoría crítica racial', 'movimiento de la justicia social', 'antirracismo' o, más sencillamente, 'wokism', se ha ido fraguando en las universidades progresistas y extendiéndose después por la cultura y las instituciones de EEUU. Este capítulo, dedicado a las universidades y las empresas, servirá de introducción. En el segundo, veremos cuál es el origen de este credo, por qué ha cuajado ahora y por qué está siendo criticado por los veteranos de los derechos civiles. El tercero irá dedicado a su desembarco en las escuelas primarias, y el cuarto, a las iniciativas que están surgiendo para contrarrestarlo. La mayoría de profesores y empleados que denuncian este ambiente aparentemente hostil lo hacen de forma anónima, ante asociaciones como Foundation Against Intolerance and Racism, Academic Freedom Alliance o Counterweight, todas ellas creadas en los últimos meses. Otros, como Jodi Shaw y Aaron Kindsvatter, han optado por hacerlo a cara descubierta.
“Empecé a sentirme mal cuando nuestra universidad adoptó la idea de que nos teníamos que ceñir a los estándares DEI [acrónimo de diversidad, equidad e inclusión]”, dice Aaron Kindsvatter, profesor de pedagogía terapéutica en la Universidad de Vermont, a El Confidencial. “Me preocupaba cómo iba a ser consistente con lo que esperaban de mí. DEI es una especie de nombre en clave de la retórica y las ideas de la izquierda más extremista, y querían que solo enseñara eso. Me ponía enfermo intentando buscar una manera de mantener una conversación con la clase sin adoctrinarla con estas ideas”. El profesor dice que durante dos años y medio padeció problemas de estómago. Casi cada domingo, antes de empezar la semana lectiva, vomitaba del estrés que le producía pensar en dar clase y en enfrentarse a una facultad donde se sentía cada vez más aislado. Como consecuencia de los cambios departamentales efectuados en 2018 y 2019, Kindsvatter debía de basar el temario en las enseñanzas de Ibram X. Kendi y Robin DiAngelo, autores, respectivamente, de 'Cómo ser antirracista' y 'Fragilidad blanca': los dos superventas de la teoría crítica racial. Según Kendi y DiAngelo, en Estados Unidos el racismo de los blancos determina todas las interacciones humanas. Es una fuerza tan sutil y tan penetrante, tan imbricada en las instituciones y en las costumbres, que la única manera de reducirla es entrenando nuestros sentidos: aprendiendo a localizarlo, cuestionarlo y combatirlo; aprendiendo a ser 'woke', a estar 'despiertos' ante las terribles agresiones que anidan en las palabras y en los comportamientos.
Ambos libros presentan, de manera transparente, una visión binaria del mundo. “No hay neutralidad en la lucha contra el racismo”, escribe Ibram X. Kendi. “Uno o bien permite que las inequidades raciales sigan perseverando, como racista, o bien se enfrenta a las inequidades raciales, como antirracista. No hay término medio (...). La declaración de neutralidad del ‘no racista’ es una máscara del racismo”. Para Robin DiAngelo, no existe una persona blanca que no sea racista: ni siquiera ella, que suele reconocer abiertamente su “visión racista del mundo”. Porque el racismo, además de ser inherente a los caucásicos, es incurable. Lo único que pueden hacer los blancos es mantenerlo a raya con un riguroso entrenamiento mental. Un examen constante de sus prejuicios, difíciles confesiones en grupo y otras técnicas que ella ofrece en su libro y en sus charlas a empresas y universidades. La dinámica es la misma que con Kendi. Se trata de una doctrina perfecta, incuestionable, cerrada al vacío, en la que solo hay dos opciones: o confesar el racismo o no, en cuyo caso el blanco estaría dando muestras de “fragilidad blanca”: estaría negando la realidad. DiAngelo y Kendi no se han inventado la teoría crítica racial, que lleva 30 años desarrollándose (o más de 60, si buscamos su semilla en los posmodernistas franceses). Lo que han hecho ha sido darle una dimensión práctica, un manual de acción aplicable a todos los aspectos de la existencia.
Jodi Shaw, antigua coordinadora de Apoyo a los Estudiantes de Smith College, un bucólico y exclusivo campus femenino de Massachusetts, conoce bien estas tácticas. En enero de 2020 tuvo que asistir, junto al resto de empleados, a un curso obligatorio sobre sensibilización racial. Durante el ejercio, el 'educador antirracista' fue pidiendo a los empleados de Smith que expresaran en público los sentimientos raciales que habían experimentado en su niñez. Cuando llegó el turno de Shaw, esta dijo que se sentía incómoda y que prefería pasar. El educador lo entendió como un claro síntoma de 'fragilidad blanca', y acusó a Shaw de usar este ardid como un “juego de poder” propio de los blancos. La negativa de Shaw a participar resultaba ser una agresión racista. “En Estados Unidos, es ilegal preguntarle a alguien por su raza en una entrevista de trabajo, y sin embargo querían que la raza formara parte de mi empleo”, dice Shaw por teléfono. La exempleada asegura que, en otras circunstancias, no le hubiera importado hablar a unos desconocidos de sus sentimientos raciales, pero, a esas alturas, ya había sido trastocada por un año y medio de hostigamiento racial. Los problemas de Shaw y de otros empleados comenzaron en verano de 2018, cuando una estudiante afroamericana, Oumou Kanoute, dijo haber sido víctima de racismo porque un conserje y un policía del campus le preguntaron qué hacía en un comedor vedado, en ese momento, a los estudiantes. Kanoute desveló en Facebook la identidad del conserje y lo acusó de racista. Mientras Kanoute concedía entrevistas a ABC News, CNN o 'The Washington Post', Smith College adoptaba un frenesí de medidas para combatir el “racismo sistémico”. Entre ellas, la segregación de las residencias de estudiantes, talleres de sensibilización racial y un “equipo de respuesta al sesgo”, que permitía denunciar anónimamente cualquier mensaje, imagen o palabra considerados discriminatorios por algún individuo o colectivo.
Tres meses después del incidente con Kanoute, la investigación oficial concluyó que no había habido discriminación. El comedor estaba siendo exclusivamente usado por los niños de un campamento de verano, y el conserje, un señor mayor que llevaba tres décadas en Smith y que no veía bien, había recibido instrucciones precisas de no dejar entrar allí a los alumnos. Pero la maquinaria DEI ya era imparable. De repente, el criterio racial pasó a ser la base de todas las decisiones del campus, no solo en las contrataciones y asignaciones de tareas: cualquier actividad o medida caía bajo alguna de las categorías 'woke', como “apropiación cultural”, y tenía que ser cancelada o repensada. Shaw describe, en su queja oficial ante el estado de Massachusetts, las amenazas contra profesores y empleados que no se ajustaban a la ortodoxia, cómo los conflictos entre alumnos se resolvían en base a sus etnias, y las acusaciones constantes de “privilegio blanco” a personas como ella, madre soltera de dos hijos que ganaba 45.000 dólares brutos al año (menos de los 78.000 que cuesta la matrícula anual en Smith). Shaw, armada con la Ley de los Derechos Civiles de 1964, denunció estas circunstancias ante la dirección, pero el campus estimó que Shaw carecía de “competencia cultural” y fue recortándole, sin avisar, sus responsabilidades.
“La dinámica es el miedo”, dice Jodi Shaw. “Sé de profesores que cambiaron el temario para evitar posibles reacciones de los estudiantes. Tienes esta dinámica en la que el personal se lo piensa dos veces antes de dirigirse a los alumnos, porque saben lo que les puede suceder”. La exempleada añade que este “ambiente racialmente hostil” le dejó una costosa factura física y mental, de la que aún se está recuperando. La primera vez que Aaron Kindsvatter escuchó el término 'whiteness', o blancura, aplicado al color de la piel, fue cuando un colega de su facultad ofreció a los profesores blancos ayuda para lidiar con esta condición. “En ese momento, creí que esa persona no estaba pensando, que se había dejado llevar por la pasión, y que yo me iba a olvidar”, dice Kindsvatter. “Pero empecé a escuchar más y más al respecto y, recientemente, en las notas de una de las reuniones de nuestra Facultad de Educación, el comité responsable de la implementación de DEI declaró que la mayoría de las personas de la universidad eran cómplices de supremacía blanca y que deberían hacerlo mejor para apoyar a los colegas y profesores de color”. El pasado junio, el Comité de Diversidad, Equidad e Inclusión de la universidad dio un curso titulado 'Centrando la conversación en la blancura'. Una serie de conferencias sobre cómo la blancura llevaba siglos oprimiendo a la humanidad con sus dos esencias, que son el racismo y el capitalismo. “El racismo es el agua en la que nadamos”, dijo Paul Marcus, “educador antirracista blanco”, en la charla. “Mantener la blancura se vuelve crucial a la hora de facilitar el crecimiento económico y el capitalismo. Racismo y capitalismo están estrechamente entreverados”.
La presión a los profesores para que adoptasen estos puntos de vista, según Kindsvatter, era grande. Cuando trató de alternar los textos de Kendi y DiAngelo con los de otros pensadores que daban una perspectiva distinta sobre el racismo, como los afroamericanos Shelby Steele o Coleman Hughes, Kindsvatter recibió una advertencia por enseñar “materiales controvertidos” en sus clases. La asfixia académica aumentaba a la par que sus dolores de estómago, y el mes pasado, Kindsvatter decidió colgar su testimonio en YouTube, titulándolo 'Racismo y religión secular en la Universidad de Vermont'. El profesor, hablando pausadamente, como si cada palabra fuese una figurita a punto de romperse en mil pedazos, dice que no quiere que su alocución se malinterprete y que espera que los alumnos sepan que él comprende las injusticias a las que han podido ser sometidos. Después, advierte sobre los peligros de asociar una serie de “males sociales” a una raza determinada, e invita a la facultad a iniciar un diálogo al respecto. 48 horas después, varios grupos estudiantiles cursaron una petición en los más puros términos “antirracistas”. “La mentalidad de ‘no veo la raza’ del profesor Aaron Kindsvatter ha probado ser dañina contra cualquier tipo de justicia racial societaria y por esa razón estamos exigiendo su dimisión inmediata”, dice la solicitud en Change.org. “Un miembro de la facultad de UVM, especialmente uno que enseña cursos de terapia, no puede tener esta ideología empleada por supremacistas blancos”. El rector y la decana de la universidad reconocieron, en un comunicado, a los estudiantes que “plantaron cara a las posiciones defendidas en el vídeo” y prometieron que los alumnos se iban a sentir “seguros y apoyados”.
Kindsvatter seguía así la estela de Jodi Shaw, que el pasado mes de octubre, visiblemente exhausta, se había decidido a tirar de la manta en Smith College. “Pido a Smith College que deje de reducir mi persona a una categoría racial. Dejad de decirme lo que debo pensar y sentir sobre mí misma”, decía Shaw en su primer vídeo de YouTube. “Dejad de pretender que sabéis quién soy o cuál es mi cultura en base al color de mi piel. Dejad de pedirme que proyecte estereotipos y suposiciones sobre otros en base a su color de piel”. Smith College respondió al vídeo de Shaw igual que lo haría, con Kindsvatter, la Universidad de Vermont: diciendo que Shaw no representaba a la universidad y prometiendo a sus estudiantes de color que haría todo lo posible para mantenerlos seguros. Como Kindsvatter, Shaw se declara progresista de siempre. Como aquel, dice que tiene la simpatía de varios compañeros de trabajo, pero que ninguno se atreve a expresarlo en público. Al vídeo siguió un pesado tira y afloja con la administración; Jodi Shaw acabó dejando su empleo en febrero. Las desventuras de Shaw y Kindsvatter no representan anécdotas sueltas, ni tampoco una dinámica racial de gente de color contra gente blanca. Tanto Vermont como Massachusetts están entre los estados más blancos de Estados Unidos: la mayoría de las prácticas expuestas en este artículo han sido ideadas y aplicadas por blancos, como blancos son ambos rectores y la mayoría de los profesores y personal de ambas instituciones. De la misma forma, numerosos intelectuales negros y veteranos de los derechos civiles han sido críticos con estas políticas y con esta ideología, que además suele considerarlos personas marginadas, débiles e indefensas ante todo tipo de abusos.
“La mayoría de la gente en todos los grupos raciales no es proclive a dejarse arrastrar por las teorías queer o racial”, afirma Helen Pluckrose, coautora del libro 'Cynical Theories' y fundadora de Counterweight, una asociación sin ánimo de lucro que asesora a quienes se están viendo discriminados por la teoría crítica racial, tanto dentro como fuera de las universidades. “En este momento, estoy en la ridícula situación de asesorar a un hombre negro musulmán que no entiende muy bien de qué va la teoría y al que se le están dando respuestas equivocadas acerca de lo que creen los musulmanes negros”. Pluckrose, académica británica especializada en la Alta Edad Media y la conformación de las religiones modernas, lleva unos años estudiando el movimiento de la justicia social: un fenómeno en el que identifica los rasgos del fervor religioso. Elementos como “el tribalismo y el pensamiento mágico” o “la necesidad de una lucha entre las fuerzas del bien y del mal”, dice Pluckrose. “Las necesidades sociales y psicológicas que satisface la teoría han sido antes satisfechas por la religión”.
Counterweight y otros grupos similares alertan de lo extendidas que están, más allá de los casos que afloran en la prensa o en las redes, y que suelen limitarse a personas famosas, las persecuciones identitarias. Por cada periodista caído en desgracia por un tuit de hace más de 10 años, o por cada actriz que realizó una torpe comparación con el nazismo y perdió su empleo, habría una red de ciudadanos desconocidos en situaciones parecidas: presos de un entorno repentinamente moralizado, que se puede volver contra ellos en un chasquido. Solo Counterweight recibe diariamente una media de 30 o 40 peticiones de ayuda por parte de personas que están siendo obligadas a aceptar, en su universidad o lugar de trabajo, una ideología racial con la que no están de acuerdo. El 70% de estas quejas viene de Estados Unidos. Tres de cada cuatro, del mundo empresarial. “Realmente, nuestra prioridad son los empleados, y particularmente las personas que no tienen las habilidades para defenderse ante los argumentos de la teoría”, dice Pluckrose. “Tenemos a gente de los servicios de emergencia, ingenierios, bibliotecarios... Personas de todas las facetas de la vida”.
Counterweight, igual que Foundation Against Intolerance and Racism, Academic Freedom Alliance, Princetonians for Free Speech o Parents Defending Education, se creó tras los sucesos del verano pasado. El asesinato de George Floyd a manos del policía Derek Chauvin desató la mayor ola de protestas en EEUU desde los años sesenta; una denuncia de la desproporción de afroamericanos que terminan muertos en similares circunstancias o en prisión, además de muchos otros signos de desigualdad entre grupos sociales. Los partidarios de la doctrina 'woke', graduados en estas universidades, habrían aprovechado la indignación para promover su agenda por los cuatro rincones de Estados Unidos. 10 días después de la muerte de Floyd, Robin DiAngelo impartió una conferencia ante 184 congresistas demócratas. “A todos los blancos que estáis escuchando ahora mismo, creyendo que no me estoy dirigiendo a vosotros”, declaró, “os estoy mirando directamente a los ojos y diciendo: eres tú”. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ejerció de maestra de ceremonias. DiAngelo no tenía tiempo de atender las innumerables peticiones que se acumulaban en su buzón. Google, Amazon, Facebook, Microsoft, Netflix, American Express, Nike, Under Armour, Goldman Sachs o CVS fueron algunas de las empresas que solicitaron su ayuda para entender mejor el racismo. DiAngelo y Kendi parlamentaban diariamente en los grandes canales de televisión y sus libros eran propulsados a la cumbre de los más vendidos, hasta el punto de que las editoriales tuvieron dificultades en abastecer la demanda de tantos lectores interesados.
El buzón de Helen Pluckrose también se llenó de mensajes. Pero, en su caso, se trataba de personas agobiadas por los talleres antirracistas que sus empresas, colegios o fundaciones les hacían cursar. Una práctica común en estos talleres, según los testimonios recopilados por Pluckrose, es pedir a los blancos que escriban largas redacciones sobre los actos de racismo que habían infligido durante sus vidas; a los negros, por el contrario, redacciones sobre los crímenes de los que se supone que habían sido víctimas. Los talleres que imparte la propia DiAngelo están entre los más agresivos, e incluyen interrogatorios y confesiones públicas que suelen acabar en lágrimas. Con algunas diferencias: a los negros se les permite llorar frente a los asistentes. A los blancos se les pide que, sin van a llorar, salgan de la sala. Adam Steinbaugh, abogado de la Fundación para los Derechos Individuales en la Educación (FIRE, por sus siglas en inglés), encargada de defender la libertad de expresión en el campus, dice que el verano pasado fue inusual. “El verano suele ser un periodo tranquilo para nosotros”, dice Steinbaugh a El Confidencial. “Pero el de 2020 fue diferente. Nuestra carga de casos se disparó”. El letrado cree que los efectos psicológicos del confinamiento tuvieron algo que ver, y el hecho de que mucha gente pasara el tiempo en casa, enfadándose en las redes sociales. Steinbaugh reconoce que siempre es difícil medir la evolución de la libertad de expresión en las universidades. Actualmente, convivirían dos tendencias: algunos campus tratan de reforzar activamente el derecho de alumnos y profesores a hablar sin ser víctimas del acoso o de la censura. Otros, sin embargo, ven crecer el número de incidentes relacionados con profesores a los que se les presiona para que cambien “el contenido o punto de vista de sus enseñanzas”, lo cual puede ser parte del debate crítico, o síntoma de que algo no va bien. “Hemos visto más objeciones al discurso que es crítico con la gente blanca, o la blancura, o la teoría crítica racial”, asegura.
“Está muy, muy extendido”, dice Jodi Shaw, convertida en una referencia de las campañas contra el 'wokism', pese a que, de los canales nacionales, solo la entrevistó Fox News. “Estoy inundada de 'e-mails' de personas que se sienten aisladas, que no tienen con quién hablar o que han perdido el empleo. Sucede con todo el mundo, con trabajadores, con padres de alumnos. Y no se atreven a hablar entre ellos por miedo a sufrir represalias. Me pasaba en Smith. Hablé con muchas personas que se sentían de manera parecida a como me sentía yo, pero que nunca hablaban entre ellas”. Otra organización, CriticalRace.org, creada por Legal Insurrection Foundation, ha diseñado un mapa de Estados Unidos en el que se pueden seguir todas las iniciativas de la teoría crítica racial que se emprenden en las universidades americanas. Una base de datos que, según su responsable, William Jacobsen, profesor de la Universidad de Cornell, sirve como guía para todos aquellos estudiantes o padres de estudiantes que quieran saber qué centros han tomado el rumbo 'woke'. Jacobsen dice que el mapa no es una lista negra, y que una cosa es enseñar esta teoría, lo cual entra dentro de la libertad de expresión y de cátedra, y otra forzar a los profesores, empleados y estudiantes a adoptarla, so pena de ser acusados de racistas. Pero quizá no haga falta visitar estos enlaces o ponerse en contacto con estos grupos. La densa huella de la doctrina 'woke' se palpa en los principales medios de comunicación, y en los recovecos del día a día en Estados Unidos. En cada conversación con un amigo médico, profesor, cantante, periodista, empleado del sector de la moda o gerente de un restaurante, la conclusión es similar: en todos los sectores se transita una línea muy fina, aquella que divide la noble preocupación por la desigualdad y el racismo, de la ciega devoción a un dogma identitario.
EL "ARCO MORAL DE LA HISTORIA" Doctrina 'woke' (II): los orígenes del gran despertar. Poder, neolengua y culto al agravio - El racismo es real, como lo son las agresivas desigualdades sistémicas de Estados Unidos, y la energía del movimiento que lucha contra estas fuerzas, hoy, está en la izquierda identitaria (22/04/2021):
La gran ventaja del movimiento ‘woke’ es que resulta contraintuitivo. A primera vista, parece una continuación de las marchas por los derechos civiles. El imaginario es el mismo: las manifestaciones y los carteles vibrantes, la celebración de la diversidad y la cruzada por un mundo más justo. Es como si hubiera recogido el testigo de Martin Luther King, que a su vez lo había heredado de los abolicionistas, y le hubiera dado un sabor más dinámico, más contemporáneo. El “arco moral de la historia” avanza imparable y ninguna persona decente querría estar del lado contrario.
ESCUELAS "ANTIRRACISTAS" Doctrina 'woke' (III): vuelve la segregación racial a las escuelas de EEUU - Historias que reflejaban, sobre todo desde el asesinato de George Floyd hace un año, una toma de control ideológica en numerosos colegios e institutos norteamericanos (29/04/2021):
“Hay un policía asesino sentado en cada escuela donde aprenden los niños blancos (...). A los niños blancos se les deja sin supervisión y tranquilos en sus escuelas, casas y comunidades para que se unan, refuercen y protejan sistemas que arrebatan la vida negra. (...). Estoy harta de que los blancos se regodeen en su depravación autorizada por el Estado (...). ¿Dónde está la urgencia para reformar las escuelas donde se adoctrina a los niños blancos en la muerte negra y se les protege de las consecuencias? (...). Id a reformar a los niños blancos. Porque ahí está el problema: en los niños blancos que son criados desde la infancia para violar cuerpos negros sin remordimientos ni rendición de cuentas. Ese policía no aprendió a quitarle la vida a George Floyd en su entrenamiento policial o en el trabajo. Pasó toda su vida preparándose para ese momento, con sus padres y su familia, profesores, entrenadores, vecindarios e iglesias”.
Guerra ideológica en EE.UU.: del movimiento woke a los libros prohibidos (Pilar Ramírez, NIUS, 10/10/2022)
Los libros para niños que están siendo prohibidos en Estados Unidos (Jane Ciabattari, BBC, 29 mayo 2023)
El delirio 'woke' de Estados Unidos contra la Biblia: la censuran como revancha por la prohibición de libros 'queer' y LGTBI - La cifra de obras perseguidas es nueve veces mayor que hace 20 años, según la Asociación Estadounidense de Bibliotecas. Las más afectadas son las de temática LGTBI, razón por la que, como contrapartida, se han prohibido los textos sagrados del cristianismo en algunas escuelas de EE. UU (María Serrano, El Debate, 08/06/2023)
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Ayuso revisará los libros de texto para evitar "contenidos ideológicos" y fomentará la enseñanza de la cultura y la lengua españolas (20 minutos, 7 de septiembre de 2023)
"Occidente difunde la rusofobia": el nuevo libro escolar en el que Moscú justifica la invasión de Ucrania (BBC, 9 agosto 2023)
La Selectividad china bate récords de alumnos y presión: copiar acarrea siete años de cárcel - Casi 13 millones de estudiantes aspiran a conseguir una de las codiciadas plazas en las mejores universidades. Muchos centros instalan cámaras inteligentes para detectar trampas con dispositivos electrónicos (El País, :10 JUN 2023)
Un total de 12,91 millones de estudiantes chinos se juegan desde este miércoles su porvenir en el gaokao, el equivalente a la Selectividad en el gigante asiático. La exigente prueba de acceso a la universidad, que este año ha registrado un récord de inscripciones, está considerada la de mayor presión del mundo, no tanto por la dificultad de las preguntas, sino por lo que está sobre la mesa: para muchos jóvenes, especialmente aquellos procede...
Francia mantiene la prohibición de la abaya en las aulas (El Periódico, 7 de septiembre de 2023)
La educación estricta vuelve en todas partes menos en España (quizá porque nunca se fue) - Aunque en otros países se abren colegios 'neoestrictos' y se defiende la disciplina, nuestro país se decanta por la nostalgia pedagógica antes que por la de la mano dura. ¿Por qué? (El Confidencial, r Héctor García Barnés, 04/09/2023):
En septiembre del año pasado, el popular profesor e icono de la alt-right norteamericana Jordan Peterson visitó en Wembley (Londres) la Michaela Community School, el colegio más controvertido de Reino Unido. Peterson soltó alguna lagrimita tras ver cómo las alumnas daban los buenos días a su directora, la no menos polémica Katharine Birbalsingh. Michaela School, al fin y al cabo, es la traslación al mundo educativo de algunos de los principios defendidos por Peterson.
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